EL DIA QUE CONOCÍ A RICARDO URGELL "EL REY"

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Un día me extenderé en El Rey, como se merece, hoy solo voy a relatar ese primer día en el que nos conocimos.

Era un viernes por la tarde. Todos los viernes por la tarde todo el personal nos juntábamos en la discoteca para la “mise en place” que significaba: montar, puesta a punto de cada uno de las áreas de la discoteca.


Los porteros se ocupaban de rastrillar la gravilla de la entrada, porque en aquella época, la entrada era desde la acera hasta casi la puerta, gravilla pura y dura, con una ligera pendiente hacia la acera. También se ocupaban de regar las plantas de las jardineras exteriores y las baldosas de la entrada. 

Los camareros de barra limpiaban la barra, cargaban de refrescos las neveras y se proveían de la bodega de las botellas de alcohol necesarias para el fin de semana. 

Los camareros de sala se ocupaban del office, de las sillas, mesas, pufs, velas y ceniceros de la sala. 

También cortábamos unas ramas de olivo o algarrobo del monte y se ponían en unas garrafas de agua que entonces eran de cristal, las de ocho litros me refiero. Eso duraba solo unos días. 

Por toda la sala habían esculturas de cera, eran unas botellas de litro, por ejemplo, a las que en la boca de la botella se le ponía una vela. Después de muchas noches la cera iba depositándose en la botella hasta hacer verdaderamente una escultura.


Yo me ocupaba de la cabina, ni una mota de polvo en ningún rincón, limpiaba los focos de la pista y sus filtros de colores, también los flashes y de vez en cuando los churros y los metacrilatos que se limpiaban recuerdo con papel de W.C. y un poquito de ginebra de la barata, y quedaban limpios y brillantes.


En esas tareas estábamos, cada cual con la suya y de repente vemos aparecer a Ricardo. Ricardo por aquel entonces estaba muy ocupado viajando de un lado a otro, haciendo Pachás por todas partes, y pocas veces se dejaba caer por la discoteca de Sitges. Él saludó a todos, siempre ha sido una persona muy cercana con el personal, aunque los conociera de una sola vez te transmitía que se acordaba perfectamente de ti. Cuando hubo saludado a todos y a cada uno de ellos, se me queda mirando como diciendo. 

- Y éste quién es?
- Este es el Nen. -Respondió el Director.
El Nen, no tiene nombre?- dijo Ricardo.
- Claro se llama SERRA y es el DJ nuevo que tenemos. - le respondió de nuevo el Director

Unas preguntas como de dónde eres, que edad tienes etc., y se puso a hablar con los veteranos. 

Era verano hacía calor y alguno de los camareros iban en tejanos sin la camiseta, yo sigo con lo mío y oigo unos ruidos, el ruido procedía de la barra uno, el camarero de la barra y Ricardo estaban echando un Pulso. Ganó Ricardo, seguidamente vino otro camarero y también ganó Ricardo, y así dos o tres más.


Yo me acerco a la barra para ver cómo hacían esos pulsos, veo unas caras como cuando vas estreñido, señal que cada uno de los contrincantes estaba haciendo toda la fuerza que podían.

Me quedé mirando a un par de metros de distancia, me producía interés, primero porque ellos no lo sabían, pero yo era bastante bueno haciendo pulsos, quizás por la técnica aprendida con mi padre, y también por la preparación física que me daba el Hockey sobre patines al cual le debía una muñeca dura y fuerte.


Ricardo los había ganado a todos, la verdad que estaba fuerte, siempre ha sido una persona muy fuerte. Se me queda mirando y me dice. 

- ¿Quieres tú también echar uno?
- Ummmm vale.- le respondí.

Y nos pusimos a echar el primero, le costó un montón llevarse al Nen pero el primero me lo ganó en toda regla, yo le pedí un segundo. El segundo con dificultad, pero lo gané yo. La verdad es que lo debí ganar porque después de cuatro o cinco seguidos no podía tirar al máximo.


Decidimos dejarlo en tablas y desempatar otro día. Así que a la siguiente vez que apareció vino corriendo a la cabina para antes de nada echar un pulso conmigo. Y así hacíamos durante mucho tiempo, había veces que ganaba él y otras ganaba yo.


Ricardo Urgell era y es una persona muy competitiva en todo lo que hace, aunque sea un pulso, él tiene que ganarte si o si. De joven hizo montones de deportes incluso también como yo, Hockey sobre patines.

Esa competitividad que había empezado con los pulsos en los años siguientes sin darnos cuenta la llevábamos a cualquier extremo.


Si yo tenía una idea, él siempre me decía. 

- Eso ya lo había pensado hacer yo hace 4 años.

Y encima era verdad, no se tiraba el farol, si yo iba bien en moto, él quería ganarme. Si le enseñaba cualquier logro, él me decía eso yo lo hago con la punta, Era una competitividad sana y divertida, pero tal, que solo nos hubiera faltado medirnos la para ver quien la tenía más larga.

Y así es como conocí por primera vez al “Rey”

Para mí fue y sigue siendo un honor haberlo conocido.

Cuarenta y dos años después tengo el placer de poder decir:  

Tengo hoy en día, un amigo de hace cuarenta y dos años, con el que me hablo casi todas las semanas.

En algunos capítulos os iré relatando historias en las que el “Rey” y el “Nen” fueron protagonistas.